BIENVENIDOS ESTE ES UN ESPACIO PARA LA LITERATURA JOVEN

21. SANTIAGO ESPINOSA, 7 de Febrero 1985. Bogotá D.C

lunes


CUCHILLADAS


“…y el viento podría

Con otra sal enrojecer los ojos…”
Guiseppe Ungaretti.

Podría tu nombre

iluminar otros ojos
la lluvia, su escándalo lejano
en los sucios ventanales,
traer algo distinto
a las derrotas.
Pero escucha, detente.
Ahora el niño que fuiste
deja en la mesa los juguetes
y mira el verde en las montañas
detenidamente.

Va por la calle, la furia de tu urgencia

escoge sus caminos. Míralo
haciéndose a tus propias expresiones.
Escogiendo las canciones, los libros de segunda.
Va con la madre y su saco nuevo, a rayas.

Zapatos de otra era, uno detrás de otro.

Su golpe de segundos
por los parques, los cuartos al blanco,
y un suave rumor que se teje en los huesos.

El árbol se hizo a sus anillos.

Cambió la moda, cambiaron los tiranos.
Sonoro pasó el siglo en su barco de ebriedades
y otro cráneo adornó el anaquel.

Podría ser otra casa,

la abuela no haber muerto tan temprano.
Podría ser otro mar
el que sacude desde el fondo.
Pero persiste, no se doblega.
Ahora un hombre se afeita ante el espejo
en completa soledad.

Dibuja a su padre a cuchilladas.


20. GIOVANNA CHADID 6 diciembre 1985, Bogotá D.C



FIN DEL CONTACTO INTERMITENTE





Asunto profundo el difundir esta prosa:

Camino por las calles de mi barrio
Siempre encuentro la misma gente con los mismos perros
Todos tienen el ceño fruncido y la mirada turbia
Todos pasan de los cincuenta años
Nadie utiliza el ascensor de tracción a sangre
Todos se han unido amistosamente para llegar a un acuerdo
¿Qué acuerdo?
Ninguno de ellos me soporta
Simplemente soy su pelo entre la sopa
Sigo caminando.

19. JEHU LONDOÑO PADILLA, 2 de Agosto 1985. Fresno Tolima.

martes


TU SILENCIO INSOPORTABLE




El silencio es un ruido insoportable dentro de mí
no te quedes callada, allá en la distancia
ven a perturbar esta paz insoportable
que me hunde en la tristeza
ven con el sonido de tu risa
quiero perderme en tu palabra
quiero que me dejes tu silencio
solamente, respirando
en los rincones de esta casa
descansando en mis oídos,
gritándome en el alma,
llamándole a mis huesos con tu nombre,
cantando por mis venas porque no te callas,
es tan insoportable este silencio dentro de mí
porque estás distante, porque no me hablas…

18. LUIS ALFONSO RUBIO PARDO, 2 Octubre de 1985. Bogotá D.C



HÉLICE



Eres amarga
Eurídice litoral,
querida desastre con puntadas en los pies.
He de buscarte en los esmaltes blancos del aire alto
con las brazadas remolonas de la porfía
y los galeotes estragados
que florecen en las costillas de los esquifes
desplumados en el caldo sublime.
¡Ay, nado superfluo de mis remos!
Fumador de espuma y polvo.
Envuélvete en la noche y en las brasas,
escombros de incendios de ultramar
que suturan la piedra en firmamento.
Dios: ¿bailas entre los telones
abrazado con los días bordados de súplica?
Vuelvo tras de ti con un eco pelícano,
cojeando trenzado de maderas que resuenan en los muros,
perforado por maldición y sumisión.
Vuelvo tras de ti,
prendido con los dientes a la popa de los autos.
Saltan chispas,
nuevas brasas afiladas
luciérnagas de mis huesos.
Extraño los abismos del crepúsculo,
sus arcos templados donde me puedo tender
a mirar la otra noche
desde arenas cálidas y morenas
masticando las esquinas robadas al horizonte.

17. DIEGO ANDRÉS ÁVILA, 4 Marzo de 1985. Bogotá D.C



ADÁN Y EVA EN EL PRIMER DÍA DE ESCUELA
(BAR PLÁSTICO)





Cansado de involucrarse con ciborgs desobedientes de apariencia femenina, Niño Bien acude al Corazón Sacro en busca de una mujer de verdad. Contrario a lo que parece, ese no es un sitio de los Marginales, sino un lugar donde se siguen los procedimientos. La vieja división de los baños es prueba de ello. Uno con muñeco y el otro con muñeca, en cada puerta. Todos llegan al caer la tarde y escapan, como pueden, antes de la alborada. Allí tienen como regla vestir ropa de plástico. Es más de la media noche. Mujer hace su show dentro de una jaula de plástico ubicada sobre la tarima, con un micrófono de plástico y forrada con el rollo de plástico que protege la comida y por el que todos pagan a la entrada. Los hombres del lugar, ávidos de polietileno fresco, le lanzan billetes de vinilo y ella los recibe apurada. 
Detrás de la barra de icopor, Joven Masoch prepara los tragos. Dos hombres, copa de acrílico en mano, dan su espalda a la diversión. Cuando uno de ellos ve a Niño Bien ponerse la chaqueta de postor, le dice al otro:
―Aprovechemos la participación de ese. Te doy veinte segundos.  Tú dame quince más, que lo haré a la perfección.
Joven Masoch queda petrificado. Los tipos lo miran con lástima. Beben sus tragos al tiempo. Piden otro. Siguen con su plan. Joven Masoch mira a su alrededor, y al ver a los demás trabajadores, recuerda que, de todos los aspirantes, él no es el favorito a Gran Jefe.
―Tu cheque de adelanto ―le dice Conserje Mequetrefe. 
―Muchas gracias.
―¿Alguna novedad?
Los dos hombres de la barra lo miran fijo.
―No señor ―responde Joven Masoch. 

Los postores siguen lanzando dinero plástico. Mujer sigue cantando. Niño Bien arroja una moneda de acetato, del más fino y escaso, dentro de la jaula de plástico. La cantante calla y se le lanza a los brazos.
Desde su trono de caucho, Conserje Mequetrefe, quien ahora es Gran Jefe, es el primero en aplaudir. Mira complacido. De joven nadie le creyó que algún día sería el dueño del único bar para sordomudos del planeta. Nadie se explicaba cómo lo había logrado, máxime cuando tomó posesión del cargo la madrugada anterior. Ve hacia la barra y alza su botella de poliuretano para brindar en la distancia con Joven Masoch, quien alza una copa y sonríe. 
Los demás patean sus mesas mientras miran hacia el cuarto al que Niño Bien conduce a la cantante. Miran cómo la despoja de su traje-película-de-plástico. Miran cómo le da cada instrucción, cada orden susurrada, de acuerdo a los protocolos establecidos para el cortejo de mujeres, y miran cómo ella obedece. Niño Bien sonríe. Todo se puede ver a través de las paredes plásticas de la habitación. Nadie escucha el disparo, pero algunos voltean a mirar cuando sienten el golpe. El cuerpo en el suelo. El trono vacío. Se apresuran a atenderlo, pero el impacto es contundente. Una bala de goma acaba con la vida del dueño del Corazón Sacro. 
Niño Bien y Mujer escapan aprovechando el desorden.
A las seis de la tarde del día siguiente, Joven Masoch está sentado sobre el trono de caucho. Los tipos de seguridad controlan la entrada de los asistentes. Cocinero Pusilánime, Mesero Timorato y los demás trabajadores del lugar esperan con ansia la llegada de los dos mejores clientes del bar, y de algún millonario. El nuevo Gran Jefe toma un micrófono de plástico y anuncia para todos los presentes que pronto empezará el espectáculo de la nueva cantante, quien luce más que radiante.

16. ANDRES GARRIDO, 13 Octubre de 1985. Bogotá D.C

JÓVENES OCULTOS





Jóvenes ocultos
bajo el caos emocional
implorando no perder la magia
ni el delirio de la edad...
Sofocantes y casi ausentes
el poder y la tristeza
se deshacen suavemente.
Viven de la nada
y se dirigen a ningún sitio
buscando salvación en el lodo
la depravación y el ciego
romanticismo.


Jóvenes ocultos
bajo el escapismo de la noche
la mugre los afecta
el vigor supera la venganza
los llantos y el dolor
de la nostalgia.

Viven de heridas
que son bálsamos
donde huir es felicidad
y espanto.